lunes, 29 de agosto de 2011

«Rusos, polacos y norteamericano. Son las nacionalidades más interesadas en invertir en Marbella - Invertir en Polonia

Invertir en Polonia: Noticias y actualidad : PRINCESA SÁNCHEZ Es de Marbella aunque nació «accidentalmente» en Ronda, asegura. Su profesión le ha convertido en un auténtico experto en turismo. Le viene de familia. Su tío, Monseñor Rodrigo Bocanegra, fue uno de los primeros impulsores del sector turístico de la ciudad.

¿Cuándo surge el fenómeno del turismo en Marbella?

Digamos que a finales de los 40. Entonces llegan los primeros veraneantes. Era gente fundamentalmente de Madrid y de otras provincias españolas. El boom turístico español no llega hasta los 70. En Marbella comenzó antes, en los 60, y adquirió un desarrollo extraordinario. De hecho, se creó la primera escuela de hostelería de España. Mi tío, Monseñor Rodrigo Bocanegra, consiguió que se hiciera.

¿Entonces comienza el turismo residencial?

Vienen muchos ingleses, alemanes y otros europeos atraídos por la publicidad que dedicó el entonces gobierno de Franco para promocionar España. Venían atraídos por el clima. Primero eran visitantes de hoteles, pero muchos se enamoraban de la ciudad y comenzaron a adquirir sus propias viviendas, más baratas que en el resto de Europa. Eran, en mayoría, pensionistas de un alto poder adquisitivo.

¿Marbella conserva ese poder de atracción?

Mantiene su particular situación y su microclima es un fenómeno reconocido, además de su evidente belleza. Marbella ha sido y sigue siendo, a pesar del paso del GIL, un municipio con muchas zonas verdes. Además es una ciudad que tuvo la suerte de contar con personas que se encargaron de darle calidad como Alfonso de Hohenlohe, Melvin Villaroel, José Banús o mi tío.

Nos quedamos en los 70. ¿Cómo evoluciona el turismo a partir de entonces?

En 1974, se desencadena la crisis del petróleo. Dio lugar a que los árabes pusieran sus ojos en Marbella y sustituyeran a los europeos. Salvo a los británicos, siempre fieles. Esta crisis azotó al mundo occidental y se unió a la guerra del Líbano, un lugar al que los árabes solían acudir de vacaciones. Estas dos circunstancias favorecieron el desembarco árabe. Su principal representante, el Rey Fahd, adquirió su casa aquí.

Con la transición llegó un gobierno local socialista.

Sí. Fue en la década de los 80. Hay que reconocer que los primeros años fueron buenos y se recuperó la economía occidental. El turismo británico y el europeo en general cogieron un auge enorme. Yo recuerdo que empecé a trabajar en el 82 y era impresionante la cantidad de británicos, holandeses y escandinavos que recibía con la misma idea: comprar una vivienda de cierta categoría en Marbella. Fue un boom magnífico. Luego, es verdad, que el gobierno socialista no se volcó con Marbella. Más bien lo hizo con la costa de Cádiz y con la de Huelva. Marbella estaba sucia y abandonada a finales de los 80 y principios de los 90. Muchos extranjeros comenzaron a irse.

Irrumpe el fenómeno GIL.

La gente estaba harta de sufrir un situación lamentable y votó masivamente al GIL. Los primeros años de su mandato fueron muy acertados. Los aplaudimos, y me incluyo, porque se preocupó por la limpieza, el ornato y la seguridad. Ya después descubrimos que este personaje [Jesús Gil] y quienes le rodeaban no buscaban el interés general.

¿Y cómo está hoy Marbella?

Marbella ha recuperado su prestigio y categoría. Los británicos siguen fieles. A ellos se sumaron los rusos, que empezaron a venir a partir de 1996, según tengo registrado en mi oficina. Son correctos y agradecidos, a pesar de la injusta imagen que tienen. También se unió una importante inmigración sudamericana a partir del 2000 que venía a trabajar.

Ahora son muy numerosos.

Las peticiones de permisos de residencia y trabajo de rusos e iraníes son muy numerosas. Recibo muchas visitas de iraníes que quieren comprar una vivienda, pero el consulado en Teherán les dificulta mucho los visados.

¿Se atreve a augurar cuál será la próxima nacionalidad que se interesará por Marbella?

Todo el mundo habla de los chinos y yo no les veo. Veo más a rusos, polacos y a norteamericanos, cada vez más interesados en invertir aquí.

Fuente: Laopiniondemalaga.es

Editado por: Invertir en Polonia

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