martes, 12 de abril de 2011

El nuevo libro de La Cartuja - Invertir en Polonia

Invertir en Polonia: Noticias y actualidad

EN 1637 los monjes de la Cartuja de Santa María de la Defensión decidieron renovar el aspecto de su iglesia fabricando un nuevo retablo mayor. Ellos, que en su vida cotidiana profesaban una austeridad extrema, no dudaban a la hora de invertir grandes sumas para honor y gloria del culto divino. Ya durante el XVI reclutaron a los mejores arquitectos y artistas de la zona para levantar un conjunto que sigue asombrando a los (pocos) que lo conocen. Diego de Riaño, Andrés de Ribera, Pedro de Campaña y Martínez Montañés entre otros muchos trabajaron para un cenobio que acabó por tener un aire palatino.

Sin embargo, a mediados del XVII los cartujos pensaron que algo faltaba en su templo. Las pinturas al fresco que coronaban el ábside y el retablo de tablas pintadas en Flandes que hacía las veces de altar mayor, se consideraban poca cosa a la hora de alabar a Dios, así que emprendieron una importante reforma. Entre 1636 y 1637 el ensamblador Alejandro de Saavedra levantó un retablo que cubría todo el muro oriental de la iglesia, una obra de vanguardia, pues fue la primera en España donde se utilizó la columna salomónica, elemento que en las décadas siguientes los artistas incluyeron hasta en la sopa. El último grito en escultura lo puso José de Arce, quien realizó un apostolado y un Cristo (felizmente conservados hoy en la Catedral) con un aire muy moderno para una ciudad que, en lo artístico seguía anclada en los últimos años del Renacimiento. El barroco europeo y Bernini llegaban en los mantos de los apóstoles, en sus gestos teatrales. La riq ueza absoluta y el fulgor del Paraíso brillaban desde el nuevo retablo, cubierto de oro.

En 1637 llegó la hora de contratar las pinturas para la nueva obra y, como era de esperar, los frailes contrataron al mejor artista que encontraron en Sevilla: Francisco de Zurbarán. El dibujo perfecto, el ambiente diáfano y los colores puros de sus cuadros se adecuaban perfectamente con la espiritualidad cartujana. Así, sus manos crearon las preciosas escenas de la vida de Cristo, la sorprendente escena de la Batalla del Sotillo, donde la Virgen defendió a las tropas jerezanas en el mismo lugar que luego se fundó la Cartuja. Para completar el conjunto, una hermosa procesión de ángeles y santos cartujos dirigida hacia el Sancta Sanctorum, el suntuoso sagrario que se ocultaba tras el retablo.

La maravilla que asombró durante siglos a quienes la conocieron.

Años felices de penitencia extrema. Abstinencia dorada. Soberbia y misticismo. Lujo asiático y pobreza. Un mundo contradictorio y perfecto que se quebró en 1835. Fue la época de las desamortizaciones, de los intendentes corruptos que desmontaron el retablo y vendieron sus mejores pinturas a Luis Felipe de Orleans, rey de Francia. Los zurbaranes se expusieron en el Louvre hasta que el monarca fue derrocado en 1848. Por aquel entonces el público francés no gustaba de la sobria pintura española, por lo que los cuadros volvieron a venderse. Hoy están repartidos entre Nueva York, Poznan (Polonia), Edimburgo y Grenoble. Unos cuantos (los pocos que no fueron enajenados en su día) quedaron en el Museo de Bellas Artes de Cádiz.

Siglo y medio después Odile Delenda ha recopilado la azarosa historia de este retablo en un nuevo libro publicado por la editorial Remedios 9, de Libros El Laberinto.

Conservadora del Museo del Louvre, Odile Delenda es hoy por hoy la máxima experta mundial de Zurbarán, de quien ha publicado un catálogo completo y razonado de su obra. En su libro va desgranando con detalle el proceso de fabricación del retablo y analizando una por una las pinturas que en su día estuvieron en él. Pero no lo hace tan sólo desde el punto de vista histórico-artístico, sino que procura que comprendamos el sentido religioso de cada cuadro. Por qué se representan determinadas escenas de la Historia sagrada, tal o cual santo y porqué está ubicado en ese sitio. De ese modo, podemos entender el conjunto de la obra de Francisco de Zurbarán para la Cartuja de Jerez y su transcendencia espiritual. Algo de suma importancia, pues es muy difícil apreciar su sentido cuando vemos cada cuadro separado del resto y en la pared de un museo.

Respecto al libro, hay que decir que la edición se ha cuidado al máximo, con un formato grande y un montón de fotos a color que acompañan a un texto de lo más interesante. Además, gracias a la colaboración de Cajasol sale al mercado a un precio más que razonable para el tipo de obra del que se trata.

¿Quieren saber más sobre este asunto? El próximo jueves 7 de abril a las 20:00 horas Odile Delenda estará en Jerez para presentar su obra, acompañada del catedrático de la Universidad de Sevilla Enrique Valdivieso. El acto tendrá lugar en las bodegas González-Byass, a quien hay que agradecer su colaboración desinteresada. Allí les espero para brindar con una copa de Tío Pepe por el nuevo parto de El Laberinto. Están todos invitados.

Fuente: Diariodejerez.es

Editado por: Invertir en Polonia

No hay comentarios:

Publicar un comentario